Adaptado del eBook Politica, Cultura y Sociedad en la España Contemporánea de Inma Raneda-Cuartero según las normas del Creative Commons Attribution-NonCommercial 4.0 International License.
Después de este capítulo, podrás comprender:
- Qué supuso para la mujer el régimen franquista
- Qué fue la Sección Femenina y el Servicio Social
- Revistas femeninas
¿Qué supuso para la mujer el régimen franquista?
La victoria de los nacionales y la llegada al poder del régimen franquista supuso un enorme retroceso en lo que respecta al papel social y profesional de la mujer. La visión tradicional que el régimen tenía de la mujer la vinculó con la reproducción en su papel de madre y la vida familiar. El triunfo de Franco y la imposición del nacionalismo-católico significó una vuelta a los valores tradicionales y convirtió a la mujer en un símbolo del hogar y de la familia.
“La instauración de la dictadura franquista destruyó todos los logros y conquistas que había alcanzado la Segunda República en materia de género. Desde el mismo momento del alzamiento en los territorios que las tropas rebeldes iban conquistando se elaboró una política de género, una nueva legislación que nada tenía que ver con lo alcanzado durante la Segunda República. La situación económica creada tras la guerra, y el peso de la Iglesia Católica dieron paso a una política que definió el papel de la mujer dentro de la sociedad. Así, el Franquismo frenaba las conquistas femeninas arguyendo un discurso antifeminista, en el cual, la mujer se percibía como un ser inferior al hombre, tanto espiritual como intelectualmente, pretexto que utilizaban para relegar a la mujer a las tareas del hogar. De ahí, el ensalzamiento de la figura de la mujer como madre y esposa. La nueva política de género se caracterizó por un fuerte intervencionismo estatal dentro de la vida privada. No es de extrañar que por ello tanto el Estado, como la Falange y la Iglesia, se adjudicaran el derecho a controlar tanto en lo público como en lo privado unas formas de masculinidad y feminidad que supusieron la radicalización del modelo doméstico[1].
¿Qué fue la Sección femenina?
La Sección Femenina pertenecía al partido único, Falange Española (FET-JONS), y fue liderada por Pilar Primo de Rivera, quien se encargaba de adoctrinar a las mujeres para que asumieran que su objetivo principal en la vida era casarse y tener hijos. Lo hizo a través de las Escuelas del Hogar, del servicio social e impartiendo materias obligatorias para las chicas en la escuela. El régimen franquista quería que la mujer fuera la encargada de la transmisión a sus hijos de los nuevos valores con el fin de perpetuar el sistema.
El Servicio Social cumplía una clara función de adoctrinamiento político y de control social. Difundía entre la población femenina unos valores conservadores que relegaban a la mujer al papel de reproductora y ama de casa. Duraba seis meses y se dividía en dos periodos, uno de formación religiosa, política y moral, y otro de prestación[2].
Para ello se crearon una serie de Revistas femeninas periódicas. Sumisión, servicio y sacrificio son los valores transmitidos para una mujer que debe ser principalmente esposa, madre y servidora de la Patria. En clara inferioridad respecto al hombre, la vida de la mujer se limita al cuidado del hogar y de los hijos, y su vida pública a la Iglesia católica y colaborar con los intereses del Régimen.
¿Qué fue “Y, revista para la mujer”?
Nacida en plena Guerra Civil, esta revista mensual era el órgano de la Sección Femenina de la Falange Española, creada por Pilar Primo de Rivera, hermana de José Antonio, el fundador del partido. El nombre de Y hace alusión al yugo y las flechas, emblema de la Falange basado en la heráldica de los Reyes Católicos.
El nombre de la publicación, cuyo subtítulo era revista de las mujeres nacional sindicalistas, es pues coherente con el ideario de la Falange de recuperar la grandeza pasada de España para que fuera un espejo en el que se mirase la nueva España resultante de la victoria en la Guerra Civil.
La publicación estaba muy bien editada, con casi 50 páginas, algunas de ellas en color, y numerosas ilustraciones, tanto fotografías como grabados. La tipografía, variada y artística, era otro de los rasgos singulares de la revista.
Por supuesto, las actividades de la Sección Femenina de Falange son la información predominante de la publicación, pero hay una gran variedad de contenidos, como vemos resumido en el primer número:
‘Camaradas: ya tenemos nuestra revista, la revista de las mujeres nacionalsindicalistas, en la que encontramos todo lo que nos hace falta, nuestras normas de conducta, basadas en el espíritu de la nueva España, las orientaciones que debemos seguir, los ejemplos que tenemos que imitar y, mezclado con el aliento espiritual, encontramos también en nuestra revista el rincón de los niños, las páginas de las labores, la moda, la cocina, todo en fin lo que nosotras necesitamos’.
También en el primer número se puede leer un reportaje dedicado a la Sección Femenina y Pilar Primo de Rivera, alma de la revista, realizado por quien fue responsable de Propaganda del bando nacional durante la Guerra, Dionisio Ridruejo, de quien también se puede leer más adelante algún poema. Ridruejo fue una verdadera ‘rara avis’ de la política y la literatura española del siglo XX. Habiendo formado parte del bando vencedor y ocupado puestos directivos, abandonó poco después de la guerra esos cargos para pasar a ser un opositor al régimen de Franco y abogar más tarde por la democracia.
A partir del número 3, de abril de 1938, la publicación pasará a llevar por título Revista para la Mujer, aunque conservará una artística Y mayúscula en su cubierta. A partir del siguiente número se incluirá un sumario con todos los colaboradores, tanto literarios como gráficos. Entre los primeros figuran Agustín de Foxá, Alfredo Marquerie, algunos miembros de la aristocracia y fray Justo Pérez de Urbel, que llegaría a ser el primer abad del monasterio del Valle de los Caídos.[3]