Adaptado del eBook Politica, Cultura y Sociedad en la España Contemporánea de Inma Raneda-Cuartero según las normas del Creative Commons Attribution-NonCommercial 4.0 International License.
Después de este capítulo, podrás comprender:
- Las causas de la Guerra Civil Española
- La dimensión internacional del conflicto bélico
- La postura de los Estados Unidos ante el conflicto
- Las consecuencias demográficas, económicas, sociales y culturales
- Las Brigadas Internacionales
- la Brigada Abraham Lincoln
- El papel desempeñado por el cartelismo como exponente ideológico
- El cartel como arte popular y de masas.
Como ya se ha visto anteriormente, la Segunda República fue una etapa especialmente significativa de la historia de la España del siglo XX. Fue ante todo un ambicioso intento de modernización de una sociedad que estaba viviendo importantes cambios sociales y económicos. Durante el breve tiempo que duró, el régimen de la República estuvo marcado por un clima de gran inestabilidad social, enfrentamientos políticos y conflictividad laboral que condujo a posturas antagónicas. Bajo este clima, no tardaron en llegar las protestas y la violencia.
¿Qué esperanzas de sobrevivir podía tener la II República?
El gobierno republicano vio como el 18 de julio de 1936 se producía un alzamiento militar dirigido por el general Francisco Franco contra el gobierno democráticamente elegido de la República. Una parte del ejército no secundó esta rebelión, y así, el golpe se transformó en una guerra civil que duraría casi tres años. Este golpe de estado pone fin de manera trágica a las esperanzas de modernización social, política y económica que pretendía la II República y terminó por arrastrar al país a uno de los capítulos más trágicos de su historia, una guerra civil que duraría 3 años, miles de muertos y desembocaría en una dictadura de casi 40 años.
La Guerra Civil española, provocada por el alzamiento militar, constituyó el acontecimiento histórico más relevante y traumático de la historia española del siglo pasado y todavía perdura en la memoria colectiva de muchos españoles. Varios historiadores han visto en la Guerra Civil la antesala de la Segunda Guerra Mundial en la que, más tarde, se enfrentaron liberales y socialistas contra las derechas autoritarias y fascistas europeas.
Bandos enfrentados
Al estallar la guerra, España quedó dividida en dos bandos enfrentados: los nacionales (los sublevados) y los republicanos. Estos bandos o bloques, de alguna manera, replicaban los grupos tradicionalmente dominantes en España. En el bando nacional: aristócratas, grandes propietarios agrícolas, empresarios, Iglesia[3], Ejército; y en el bando republicano se encontraban las clases populares: campesinos, obreros y trabajadores leales a la República, y también contó con el importante apoyo de un gran número de intelectuales.
¿Cuál fue la respuesta internacional ante lo que sucedía en España?
El gobierno de la República, legítima y democráticamente elegido, esperaba no solo el apoyo sino una reacción favorable de los países democráticos en contra del golpe de estado. Desafortunadamente, y debido a la situación internacional, los países europeos, sobre todo Francia y Reino Unido, no querían verse involucrados en un asunto doméstico que pudiera desencadenar en un conflicto mundial.
Para ello, y a iniciativa de Francia y apoyada por el Reino Unido, se creó un “Comité de No Intervención”. El 28 de agosto 1936, un poco más de un mes desde la sublevación militar, 28 países (entre ellos Italia, Alemania y la URSS) firmaron un “Acuerdo de No Intervención en España” por el que se pedía “abstenerse rigurosamente de toda injerencia, directa o indirecta, en los asuntos internos de ese país” a la vez que prohibían “la exportación… reexportación y el tránsito a España, …. de toda clase de armas, municiones y material de guerra“. Este acuerdo, fue en realidad una ‘farsa’ ya que, para entonces, Alemania e Italia, firmantes de este acuerdo ya habían prestado al bando nacional una importante ayuda tanto en tropas como en material de guerra. Algo que seguirían haciendo hasta el final de la guerra.
Ante la actitud italo-germana, respondió la URSS con ayuda en material bélico al bando republicano. También en ayuda de la República llegaron las Brigadas Internacionales, formadas por intelectuales, políticos y sindicalistas de todas partes del mundo, que formaron un verdadero movimiento antifascista, cuyo lema era: “España será la tumba del fascismo”. Unos 60.000 brigadistas participaron en la guerra, entre ellos la Brigada Abraham Lincoln
No cabe duda de que la guerra habría sido más corta sin la ayuda de las potencias extranjeras, y esta actuación estuvo condicionada por la coyuntura internacional. Francia y Gran Bretaña trataron de localizar y aislar el conflicto español, para evitar la extensión del conflicto a Europa, sin importarles abandonar a un gobierno legítimo.
Este breve vídeo (2′) presenta cómo se organizó el apoyo internacional a cada uno de los bandos. Es importante tener una ideas clara de lo que supuso para cada bando el apoyo exterior.
¿Qué son las Brigadas Internacionales?
La Guerra Civil española, como ya se ha mencionado, se convirtió en la antesala de la Segunda Guerra Mundial de la que fue un campo de pruebas (Alemania probó sus nuevas armas) y dividió a la opinión pública europea.
Desde el principio ambos bandos recurrieron a ayuda extranjera y enseguida todas las potencias tenían definida su política con respecto a la guerra. Italia y Alemania, las potencias fascistas europeas, apoyaron al bando nacional, también lo hizo Portugal. Inglaterra se mantuvo neutral y a la espera, aunque sus sectores conservadores esperaban que ganara Franco; Francia y los Estados Unidos de América decidieron ser neutrales y defraudaron las expectativas que tenía el gobierno republicano en la ayuda de estos países; la Unión Soviética apoyó a la República para contrarrestar la intervención decidida de las potencias fascistas; México apoyó también a la República abiertamente, aunque con escasa capacidad. “El gobierno de México de entonces estuvo siempre del lado de la República porque reconocía su legitimidad. Lázaro Cárdenas fue solidario con un gobierno amigo que estaba siendo agredido por fuerzas extranjeras: la Italia fascista y la Alemania Nazi”, explica a BBC Mundo Cuauhtémoc Cárdenas, hijo del expresidente.
En ambas zonas combatieron extranjeros: en el bando republicano, decenas de miles de voluntarios izquierdistas de toda Europa encuadrados en las Brigadas Internacionales, organizadas en Francia desde 1936, estaban integradas por voluntarios de más de 60 nacionalidades y con una ideología diversa, pero convencidos de que apoyar a la II República era combatir por la libertad y contra el fascismo. Estas brigadas tuvieron que abandonar el país en diciembre de 1938, ante las presiones el Comité de No Intervención.
El escritor francés, Albert Camus, resumió así su participación en la Guerra Civil , “fue en España donde mi generación aprendió que uno puede tener razón y ser derrotado, golpeado, que la fuerza puede destruir el alma, y que a veces el coraje no obtiene recompensa”.
¿Cuál fue la postura del gobierno norteamericano de Roosevelt?
Al comienzo de los años 30, la Gran Depresión y el trágico recuerdo de la Primera Guerra Mundial empujaron a los Estados Unidos a abrazar una política aislacionista. El estallido de la guerra en España obligó al pueblo y al gobierno estadounidense a cuestionarse la intervenció en una guerra extranjera.
Siguiendo esta política de aislamiento, en agosto de 1936, el Departamento de Estado norteamericano y el Presidente Roosevelt acordaron un “embargo moral” de armas y material bélico para aislar el conflicto. A pesar de la política de neutralidad adoptada por el gobierno de los Estados Unidos, la compañía Texaco suministró petróleo al bando nacional, y compañías como Ford y General Motors proporcionaron camiones al bando sublevado. En enero 1937, el Congreso de los Estados Unidos convirtió este “embargo moral” en legal ampliando la Ley de Neutralidad.
En su libro Miedo a la democracia¸ la historiadora española, Aurora Bosch, reflexiona sobre el papel de la administración Roosevelt en la Guerra Civil Española. En esta entrevista al periódico EL PAÍS la autora expresa lo siguiente: “Roosevelt se lamentó de no dejar que la República comprase armas”… “Roosevelt empieza a comprender el alcance de su error. Y en 1939, “transmite a su gabinete que la ley de neutralidad ha hecho lo contrario de lo que pretendía: beneficiar a los agresores”.
La Brigada Abraham Lincoln
La Guerra Civil española fue un conflicto bastante documentado por la prensa de aquel tiempo, lo cual facilitó la llegada de imágenes de la guerra a todas partes del mundo. Por lo tanto, cualquier estadounidense podía ver desde el comfort de su hogar fotografías de la población civil herida o muerta por los bombardeos de ciudades españolas. Esas imágenes que llegaban de España movilizó a una parte de la sociedad estadounidense que veía en el ejército franquista un avance del fascismo en Europa. Como resultado se comenzó a recaudar fondos para envíar ayuda de todo tipo a la República: desde material médico a dinero.
Igualmente y debido a la política de ‘neutralidad’ adoptada por el gobierno de los Estados Unidos, un grupo diverso de ciudadanos estadounidenses, se estima que unos 3.000, decidieron adoptar, sobre bases ideológicas y morales, una posición peligrosa y formaron un batallón para luchar en España para apoyar al gobierno legítimo de la II República.
Este contingente estaba compuesto no solo por militantes políticos y sindicales, sino también por trabajadores industriales (mineros, trabajadores del acero, estibadores), además de varios escritores, enfermeros, maestros y amas de casa, entre otros. Tras la guerra los veteranos americanos que combatieron en España crearon la Asociación Brigada Abraham Lincoln (ALBA)
¿Por qué decidieron ir a luchar a España Salaria Kea O’Kelly, Ed Balchowsky, Bill McCarthy, Ruth McCarthy y Dave Thompson?
¿Qué los motivó a unirse a la Brigada Abraham Linlcon (ALBA)?
¿Qué es el cartelismo?
El cartelismo como género artístico experimentó en esta década un auge singular en todo el mundo y España no fue una excepción. Enseguida los carteles se convirtieron en una de las armas propagandísticas más eficaces. Con la proclamación de la Segunda República varios dibujantes, diseñadores, grafistas y pintores jóvenes (Josep Renau, Josep Bardasano, Ramón Puyol, Arturo Ballester, Vicente Ballester, Josep Espert, Jacint Bofarull, entre otros), inspirados en el diseño de vanguardia, crearon carteles de un valor artístico excepcional.
La guerra civil, con sus necesidades en materia de propaganda política y transmisión de consignas e ideas, dio un gran impulso a la labor de estos creadores gráficos. De esta manera, el cartelismo, por su condición de arte popular, durante la Guerra Civil española es considerada una manifestación destacada del arte de masas.
Ya que mucha gente era analfabeta, la mayoría de los partidos políticos, sindicatos y organizaciones usaron los carteles para comunicarse con el pueblo y así poder hacerles llegar sus mensajes políticos y sociales. Como explica Cary Nelson, “posters in public places combining striking iconography with brief slogans made it possible to get basic messages out to people quickly. The combination of strong graphics with concise captions also made the posters memorable and convincing.“
Todos estos artistas gráficos ampliaron con su imaginación los motivos tradicionales de la cartelística de la Primera Guerra Mundial: a los mensajes de alistamiento, precaución ante el espionaje enemigo y símbolos políticos, añadirán llamadas a la educación y la higiene, campañas a favor de los familiares de los presos, las víctimas de la guerra y las viudas, o en defensa de los derechos de los niños, una preocupación del Gobierno de la República en plena guerra que se expresa en la serie de carteles de Mauricio Amster (1907 – 1974).
La tipología es muy variada: movilización, consignas, mensajes ideológicos, retratos, caricaturas, ayuda sanitaria, protección infantil, solidaridad internacional, etc. Los carteles de la guerra son el reflejo de una sociedad dividida por distintas ideologías y marcada por el activismo político, y constituyen un material gráfico fundamental para el estudio y la investigación de un periodo esencial de la historia de España.
Los principales editores de esta propaganda republicana fueron los Ministerios de Propaganda, Guerra, Instrucción Pública y Bellas Artes; formaciones políticas como el Partido Socialista Obrero Español, organismos internacionales como el Socorro Rojo, las Brigadas Internacionales o Amigos de la Unión Soviética; junto a organizaciones creadas durante la contienda como el Altavoz del frente, Cultura Popular, Quinto Regimiento y Ejército del Centro.
Los últimos momentos de la guerra y el comunicado del fin de la guerra
¿Cuáles fueron las consecuencias de la Guerra Civil?
La derrota del bando republicano dio lugar a una dictadura de casi 40 años.
El coste material y económico del conflicto bélico fue bastante elevado, el país quedó prácticamente en ruinas, tanto física como moralmente. La actividad bélica tuvo un fuerte impacto en las infraestructuras del país, afectando a la vivienda y al transporte. La economía recibió un fuerte golpe ya que una gran parte de la superficie agrícola se dejó sin explotar y muchas actividades industriales cesaron su producción, sumiendo a España en una honda depresión económica.
La ayuda recibida de Alemania durante la guerra no fue desinteresada, el bando nacional había contraído enormes deudas para financiar sus operaciones militares, una vez terminada la guerra tuvo que devolverlas. Franco envió importantes remesas de alimentos a Alemania a costa de las necesidades de los mismos españoles. España se encontraba no solo devastada y empobrecida por la guerra sino arruinada económicamente. El hambre, la miseria, y el racionamiento de alimentosasolaron a España durante más de una década. Estos años de posguerra son conocidos como los años del hambre. La demografía calcula que el conflicto causó unos 540.000 muertos. (ELPAÍS.ES 2019)
Desafortunadamente, no todos los problemas terminaron con el final de la guerra. La dureza de la represión se apreció en la violencia ejercida en las cárceles y fuera de ellas a los vencidos. La guerra supuso una verdadera fractura moral del país. Varias generaciones estuvieron marcadas por el sufrimiento de la guerra y la represión de la larga posguerra. El régimen de Franco nunca buscó la reconciliación de los españoles y siempre recordó y celebró su origen bélico. Las heridas de la guerra civil perduraron durante decenios y la persecución y represión de los vencidos fue un rasgo clave del franquismo.