Contexto histórico: Siglo XX
El siglo XX comenzó en España con un nuevo Rey, Alfonso XIII. Al igual que otros países de su entorno, la sociedad española estaba sumergida en un proceso de profundos cambios demográficos, económicos y sociales. Uno de estos cambios seguía siendo el de la industrialización, la cual produjo un éxodo rural hacia las ciudades de trabajadores que abandonaron los pueblos y zonas rurales en busca de trabajo en las primeras fábricas urbanas. Todo ello dio lugar a un crecimiento masivo de ciudades importantes como Madrid, Barcelona, y también de otras como Bilbao, Zaragoza y Valencia. Con la llegada de estos nuevos trabajadores y como consecuencia de las condiciones de trabajo en las fábricas surgieron movimientos obreros que reivindicaban unas mejores condiciones laborales.
A pesar de esta reciente industrialización en algunas capitales españolas, en su conjunto España seguía siendo un país eminentemente agrario y rural con un sistema caracterizado por la inequidad en la distribución y riqueza basada en la tierra. En regiones como Castilla, Andalucía y Galicia el sistema de tenencia de la tierra era el latifundismo o minifundismo. Así pues, el gran problema económico-social padecido por España desde hacía varios siglos era la concentración de tierra en unas pocas manos. Se necesitaba una distribución más equitativa de la tierra, ya que el latifundismo beneficiaba solo a una oligarquía. El sistema de explotación de estos latifundios consistía en que los jornaleros solo trabajaban determinados periodos al año. Esto sumía en la pobreza más profunda a grandes masas de campesinos. Ya en el siglo XIX, para solucionar este problema y, de paso lograr otros objetivos, los gobiernos liberales progresistas pusieron en marcha una de las grandes medidas en materia económica: las desamortizaciones.
Imagen de varios jornaleros trabajando en el campo.
© Ministerio de Cultura y Deporte
Estas desamortizaciones fueron un gran fracaso. Al final, solo supuso el cambio de la tierra de unas manos muertas (las de la Iglesia) a las de los grandes propietarios que no tenían interés en renovar la industria agrícola. Esto dio lugar a una sociedad bastante desigual caracterizada principalmente por una pequeña clase propietaria de grandes fincas y, por otro lado, un campesinado que vivía sumido en una economía de subsistencia dentro de un sistema todavía feudal. En otras palabras, esta sociedad se distingue por la ausencia de una importante clase media propietaria. Todo ello contribuyó a un rencor por parte del campesinado hacia los grandes terratenientes, a quienes culpaban de las condiciones en las que se encontraban. Este periodo estuvo marcado por una gran inestabilidad política y conflictividad social. No tardaron en llegar las protestas y la violencia.
ELECCIONES 1931: Proclamación de la Segunda República Española
¿Cómo se transformó España de monarquía en república?
Portada Diario la Voz. Martes,14 de abril de 1931
La situación política y económica de España se agravó a partir de 1929 con la crisis económica mundial. El ambiente social cada vez era más tenso. En las ciudades aumentaron las huelgas de obreros, protestas e incidentes de orden público. Se convocaron elecciones municipales el 12 de abril de 1931. Estas elecciones municipales se convirtieron en un auténtico referéndum sobre el régimen monárquico y su resultado cambió la situación política del país. En la mayoría de las principales ciudades del país, triunfaron los candidatos de la coalición republicano-socialista.
A la luz del resultado de las elecciones del 12 de abril 1931, el Rey Alfonso XIII abdicó el trono y abandonó el país. En muchas ciudades de España se proclamó espontáneamente la Segunda República Española y la multitud ocupó las calles. Se formó un gobierno provisional y Alcalá Zamora presidió interinamente un gobierno provisional hasta las próximas elecciones generales que tendrían lugar en junio de ese mismo año. Al mismo tiempo el gobierno inició una serie de reformas urgentes sobre los graves problemas de la sociedad y la economía española en el ámbito agrario y laboral.
LA CONSTITUCIÓN de 1931
El 28 de junio de 1931 se celebraron elecciones generales que dieron una amplia mayoría a la coalición republicano-socialista, lo cual significó una victoria de las fuerzas de izquierda y reflejaba un cambio significativo en la política española.
Las Cortes constituyentes republicanas se convirtieron en el centro de la actividad política del país con intensos debates. La misión más importante de estas cortes era elaborar una nueva Constitución. La Constitución de 1931 tuvo un marcado carácter democrático y progresista, reflejando las ideas de la coalición republicano-socialista que había ganado las elecciones. Aprobada por una amplia mayoría, también hubo discrepancias, sobre todo en lo referente a la cuestión religiosa y autonómica. Algunas de las principales características que recoge esta Constitución de 1931 son:
- Soberanía popular: el poder emana del pueblo, representado en las Cortes.
- División de poderes: legislativo y ejecutivo
- Declaración amplia de derechos y libertades:
- Derecho de expresión, reunión, asociación, etc.
- Derechos civiles, igualdad para el trabajo, la educación, etc.
- Organización territorial: se permitía la autonomía de regiones.
- Aconfesionalidad del Estado: se establece la separación entre la Iglesia y el Estado, así como la libertad de culto.
BIENIO REFORMISTA: 1931 -1933
La República fue recibida por la mayor parte de la población con gran entusiasmo, pues se representaba el marco que permitiría llevar a cabo las reformas políticas, económicas y sociales que necesitaba España para modernizarse y avanzar socialmente. Sin embargo, fueron muchos los obstáculos que amenazaron la estabilidad del nuevo sistema, desde la falta de recursos económicos hasta la oposición de poderosos grupos conservadores.
El gobierno de la II República encontró un pueblo ansioso de reformas que cambiaran sus vidas. El nuevo gobierno continuó la labor ya empezada por el gobierno provisional y emprendió un amplio programa de reformas en un contexto económico desfavorable:
- Reforma agraria: una de las más importantes teniendo en cuenta la importancia que la agricultura tenía en la economía española. Se intentó poner en marcha reformas que mejoraran la vida de los campesinos. Una de ellas fue la redistribución de la tierra para solucionar el problema del latifundismo por medio de la Ley de Bases, la cual permitía la expropiación de la propiedad privada por el gobierno. Sin embargo, su aplicación fue muy lenta debido a la fuerte resistencia de los propietarios, la complejidad de la ley, y una excesiva burocracia.
- Reforma del ejército: el objetivo era modernizar y profesionalizar el ejército español.
- Cuestión religiosa: La República quiso limitar la influencia de la Iglesia católica en la sociedad española. Por consiguiente, secularizó la vida social por medio de la aprobación del divorcio y del matrimonio civil; y limitó la influencia de la Iglesia en la educación.
- Cuestiones laborales: el objetivo era una serie de reformas destinadas a mejorar las condiciones laborales de los trabajadores. También se promovió la creación de seguros sociales, como pensiones, seguro médico, seguro de accidente de trabajo y se redujo la jornada laboral a 40 horas.
- Problema territorial: la Constitución de 1931 reconoció el derecho a la autonomía a Cataluña, País Vasco y Galicia.
- Reforma educativa y promoción de la cultura: Los tres principios básicos sobre los que se apoyaba esta reforma eran: una educación universal, laica y gratuita. Se construyeron más de 13.000 escuelas y se aumentó el número de maestros, se calcula que fueron formados más de 35.000 maestros.
La II República Española, abrazada por aquellos sectores de la sociedad española que querían cambios en el país y el establecimiento de una democracia parlamentaria, había creado grandes expectativas. Las reformas iniciadas durante el Bienio Reformista propiciaron el rechazo tanto de la derecha como de la izquierda obrera. Para los sectores más radicales de la izquierda, la lentitud de las reformas provocó la radicalización de la clase trabajadora. Veían que estas reformas moderadas no eran suficientes y querían cambios más profundos y rápidos, lo cual aumentó la conflictividad social y condujo a disturbios políticos y sociales. Por otro lado, los grupos más conservadores, los cuales incluían a la Iglesia Católica, a empresarios, y a terratenientes mostraron desde el principio un gran rechazo y resistencia ya que creían que estas reformas eran excesivas y amenazaban su estilo de vida y creencias políticas en torno a la religión, la propiedad, y la unidad de España. Esto llevó a que todos estos grupos también se radicalizaran y reorganizaran en un gran partido, la CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas), cuyo líder era José-María Gil Robles. Igualmente, surgieron otros grupos radicales de extrema derecha inspirados en el fascismo italiano, por ejemplo la Falange Española.
Como resultado de esta polarización de la vida política, la conflictividad social se multiplicó: aumentaron las huelgas, revueltas, insurrecciones y se produjeron ocupaciones de algunas tierras por parte de los campesinos. Por si fuera poco, el gobierno republicano tenía que vigilar los intentos de un golpe de estado de un sector del ejército claramente contrario a la República. El más destacado de ellos fue el protagonizado por el general Sanjurjo, quien en 1932 intentó un golpe de Estado que fracasó.
Bienio conservador: 1933–1936
En noviembre de 1933 se celebraron elecciones generales en las que votaba por primera vez la mujer, ya que la II República le había concedido el voto. Esta vez la política española dio un giro a la derecha, al ganar las elecciones los partidos de centro-derecha. Esto se debió a que gran parte de la clase media no veía con buenos ojos el estado permanente de conflictividad social en el país y decidió distanciarse de la izquierda. También, parte del movimiento obrero le dio la espalda a la izquierda moderada a la cual culpaba por su fracaso a la hora de satisfacer sus aspiraciones y promesas.
Lo primero que hizo el nuevo gobierno conservador fue paralizar las reformas implementadas por el gobierno anterior. Abandonaron la reforma agraria; devolvieron las tierras expropiadas a los terratenientes; y anularon las mejoras laborales introducidas en el campo, lo cual produjo un empeoramiento en las condiciones de vida de los campesinos. El nuevo gobierno, defensor del catolicismo y el latifundismo, contrarrestó la mayor parte de las reformas del gobierno anterior.
Mientras tanto seguía aumentando el clima de conflictividad social y radicalización política en todos los sectores de la sociedad, adoptándose cada vez más posturas radicales y polarizadas. Hubo muchas movilizaciones obreras, huelgas, atentados, movimientos revolucionarios como la Revolución de octubre de 1934 en Asturias y en Cataluña. El enfrentamiento se trasladó a la calle donde el desorden y la violencia iban creciendo.
ELECCIONES: 1936
Los partidos políticos formaron dos grandes coaliciones para concurrir a las elecciones de febrero 1936:
- Frente popular: formada por una coalición de partidos de izquierda (socialistas, comunistas, nacionalistas de izquierdas). La idea era crear un frente antifascista para detener la amenaza fascista y reanudar la legislación reformista del primer bienio.
- El Bloque Nacional de derechas se organizó en torno a la CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas).
El resultado de estas elecciones le dio una victoria al Frente Popular que obtuvo una mayoría de diputados en las Cortes. El nuevo gobierno republicano, presidido por Manuel Azaña, reactivó algunas de las reformas que se habían impulsado durante el bienio reformador.
Sin embargo, la labor de este nuevo gobierno no fue nada fácil ya que el extremismo en ambos lados, derecha e izquierda, hacía casi imposible el diálogo. Mientras, el ambiente social era cada vez más tenso. La izquierda obrera había optado por una posición claramente revolucionaria y la derecha buscaba de forma evidente el fin del sistema democrático.
La trama y conspiración golpista por parte de algunos mandos militares contra la República contaba con el apoyo civil de los partidos de derecha (la CEDA y la Falange entre otros). El 12 de julio fue asesinado por extremistas de derecha un oficial de la Guardia de Asalto, el teniente Castillo. La respuesta llegó al día siguiente con el asesinato de José Calvo Sotelo por parte de un grupo de miembros de las fuerzas de seguridad. El enfrentamiento era inevitable. El gobierno republicano vio cómo el 18 de julio de 1936 se producía un alzamiento militar contra el gobierno democráticamente elegido de la República. El triunfo del golpe desencadenó en la Guerra Civil.